martes, 23 de diciembre de 2014

FELIZ NAVIDAD!!!!

Como es normal en estas fechas, vamos a hacer un  pequeño descanso esta Navidad, pero no me puedo ir sin haceros reflexionar sobre cómo se pueden vivir estas fiestas.
Son muchos días con los niños en casa, y se pone de especial relevancia la inexistencia de la conciliación familia-trabajo, por lo que es muy común que sean los abuelos los que se encarguen de sus nietos, pero no hay mal que por bien no venga y lo que aportan éstos a los niños es un cariño insustituible.
Precisamente porque tienen muchos días de vacaciones hay padres y madres que viven con gran estrés el tenerle a sus hijos una agenda de actividades diarias, "para que los niños no se aburran", y de verdad, en dosis moderadas, es muy aconsejable que los niños se aburran...."el aburrimiento es la madre de la creatividad", sólo así los niños expresarán su capacidad creativa y artística.
Por otro lado, si tenemos días de fiestas, es un momento estupendo para que los pasemos con nuestra familia, siempre nos estamos quejando de que no tenemos tiempo para ellos y cuando lo tenemos, nos distraemos en cosas que no merecen tanto la pena, como vivir simplemente el momento mágico de la sonrisa de de nuestros hijos.
Por último, recordad el post "Los Reyes Magos y Los Juguetes",http://soniapsico.obolog.es/reyes-magos-juguetes-2371827 en el que se explica que el exceso de juguetes no es recomendable para los niños, tal y como lo expresa el tan exitoso anuncio de una conocida tienda de muebles "La Otra Carta" www.youtube.com/watch?v=5egLxg_7mg0 . 
El mejor regalo y las mejores navidades que pueden pasar los niños es muy asequible, tiempo para nuestros hijos, con calidad, con cariño, con respeto y con calor de hogar, lo demás, todo es accesorio.
Sin más, espero que paséis unas estupendas Navidades, llenas de amor y de ilusión. Un beso muy fuerte para todos.

jueves, 18 de diciembre de 2014

LA TIMIDEZ EN LA INFANCIA

Hoy he tenido en consulta a unos padres muy preocupados porque su hijo de casi 3 años es muy tímido.
Según contaban, ellos de pequeño eran igual pero les da pena que en el parque, no sea capaz de jugar con otros niños, aunque se note que lo está deseando.
Este año es el primero que acude a la Escuela Infantil y la adaptación, me comentaba la madre, había sido un poco costosa, por lo que les pregunté el motivo por el que el curso pasado no lo llevaron, a lo que respondieron que como le cuesta tanto relacionarse, habían esperado un año más para que se hiciera algo mayor.
En el intento de proteger de "malos ratos" a nuestros niños, hacemos justamente lo contrario de lo que deberíamos hacer. Daros cuenta que una persona tímida no es otra cosa que una persona a la que le faltan habilidades sociales, las cuales se aprenden, pero para que esto ocurra, debemos darles la oportunidad de estar en circunstancias en las que la puedan desarrollar y no evitarlas.
Por lo tanto, hubiera sido mucho más aconsejable que este niño hubiera asistido a la escuela infantil desde más pequeño, ya que le hubiera sido mucho más fácil adquirir estas destrezas sociales. Esto no quiere decir que a día de hoy este chico no fuera tímido, pero sí, que no lo sería en el grado en el que lo presenta en estos momentos.
Las habilidades sociales se aprenden poco a poco, pero siempre dandoles la oportunidad continuamente, y cuanto antes empecemos, mejor.
Por otra parte, esta madre me explicaba que iba poco al parque,ya que el niño disfrutaba poco en ese contexto, así que por la tarde iban a ver a la abuela, a casa de ésta. De nuevo, la madre está protegiendo al pequeño no exponiéndolo a la situación temida. 
Sabéis lo que pienso del parque (remitiros al post http://soniapsico.obolog.es/cuando-ir-al-parque-se-convierte-obligacion-2373039 cuando ir al parque se convierte en una obsesión), pero en este caso sería muy aconsejable que además de acudir a su colegio, fuera también al parque, para que tuviera "ración doble" de oportunidades para que poco a poco, aprenda a ver cómo se relacionan los otros niños y a su vez lo integre en su repertorio de respuestas.
Cada persona tenemos una serie de déficits, y los padres tenemos la obligación de ayudar a nuestros hijos a minimizarlos y a superarlos. Justamente lo contrario de lo que, por exceso de protección, hacen algunos.

miércoles, 17 de diciembre de 2014

...¿Y SI SE TRAUMATIZA MI NIÑO?...

...¿ Y si se traumatiza mi niño?...
Este es el mayor temor que me encuentro en los padres y madres (sobre todo las madres), cuando estoy en consulta y estamos aprendiendo a usar herramientas para educarlos.
Muchas madres y padres sienten una gran inseguridad cuando se les pide que no atiendan a los chantajes emocionales de sus hijos, cuando les decimos que si el llanto es de capricho, lo peor que pueden hacer es atenderlos, cuando les tenemos que poner consecuencias negativas a sus conductas negativas como puede ser una retirada de privilegios....
..¿Y si se traumatiza?... Os aseguro que no.
Partiendo de la base de que un trauma es una impresión emocional muy intensa causada por algún hecho negativo que produce una huella duradera que no puede superar, las conductas de unos padres normales ejerciendo su rol, no pueden ser traumáticas. 
Para tener las ideas claras, pueden crear traumas las siguientes situaciones:
- Un incendio
- Ser abusado
-Cualquier tipo de violencia física o psicológica continuada a lo largo del tiempo
- Separación por cualquier motivo de sus seres queridos...
De todas formas, cada persona es un mundo y no todos reaccionamos igual ante los mismos acontecimientos, por lo que lo que para alguien puede llegar a ser traumático, para otros no tiene que serlo.
Pero lo que sí es cierto, es que educar a nuestros hijos con mucho amor, firmeza, criterios claros y normas no crea ningún tipo de traumas, y, al contrario, tener miedo cuando educamos a nuestros hijos sí nos puede llevar a tener muchos problemas. 
Aquí os dejo el enlace de un artículo de Javier Urra que no tiene desperdicio.

lunes, 15 de diciembre de 2014

CÓMO AFRONTAR LAS PELEAS ENTRE HERMANOS

No son pocas las madres que me comentan lo mal que se llevan sus hijos.
En general se sienten cansadas de tener que estar siempre solucionando conflictos e impartiendo justicia. Además de la tristeza y preocupación que esto les produce, ya que piensan que esta situación se puede cronificar y no quieren ni pensar que esto mismo se repita pero con sus hijos ya mayores.
Cuando les explico la conducta básica que ellas deben seguir, se ponen las manos en la cabeza, y yo, como madre, lo entiendo, pero también sé que es la manera adecuada de actuar.
¿Queréis saber cuál es esta conducta? pues simplemente no intervenir. 
En el momento en el que los niños empiezan a pelearse, siempre, cada uno de ellos cumple un rol. Uno será el que pega, otro será el llorón, otro será el que grita...y cuando vamos y preguntamos, cada uno tendrá una versión totalmente distinta de lo ocurrido. ¿Y qué hacemos entonces?, ¿Estaremos siendo justo verdaderamente?¿no nos estamos dejando llevar para tomar partido por los prejuicios que tenemos de cada uno de nuestros hijos?. Si no hemos sido testigos con nuestros propios ojos de lo ocurrido, no podemos impartir justicia porque casi seguro que nos estaremos equivocando.
Por otro lado, como bien sabéis los seguidores de este blog, los niños quieren sobre todo atención, sea de la manera que sea, y si a través de las peleas, sus mayores los atienden, las usarán sin dudar, por lo que, al hacer caso omiso de las trifulcas de nuestros hijos, no estaremos reforzándolas y la frecuencia de éstas, poco a poco irá decrementando.
Las madres me dicen, "vale, yo no los atiendo, pero los niños vienen para quejarse de lo que les ha hecho su hermano, ¿qué hago?", pues muy fácil, se les contesta "yo no quiero saber nada, arreglarlo vosotros". Os aseguro que en cinco minutos han vuelto a jugar como si nada hubiera pasado. 
Debemos tener claro que tenemos que darles a los niños la oportunidad de saber gestionar sus conflictos, son ellos los que deben aprender a buscar soluciones y esa será la única manera de que, cuando sean mayores y tengan un problema con sus hermanos, sean capaces de solucionarlos. Las madres no vamos a estar siempre ahí para hacer de "velcro" entre los hermanos. Si ellos aprenden estas herramientas de gestionar sus conflictos, serán hermanos unidos emocionalmente, no les hará falta una madre "pegamento".
Pd.: la sangre casi nunca llega al río, que es lo que siempre tememos ;-)

martes, 9 de diciembre de 2014

EDUCAR DICIENDO "NO" O DISTRAYENDO

Hace unos dias vivÍ en primera persona una escena que me hizo reflexionar acerca de la percepción que tenemos de cómo estamos educando a nuestros hijos.
Me encontraba con una pareja muy preocupada en la labor de padres, que se informan a traves de libros como es la mejor manera de sacar todas las potencialidades de su único hijo.
Estos padres, sobre todo la madre, piensan que son muy inflexibles con su niño pero me llamó mucho la atención que en el momento en que su hijo, muy bueno en lineas generales, por cierto, iba a encapricharse con determinado juguete, le metieron por los ojos la última adquisición que le había regalado su tía. En eso que el niño, que iba sin frenos hacia un señor berrinche, frenó en seco y se quedó extasiado por el nuevo regalito que le habían hecho.
Mi pregunta interior fue la siguiente: "¿Realmente ese niño con 3 años había vivido alguna vez una situación de frustración?¿Es la madre consciente de que a lo que ella llama ser inflexible porque no le da lo que el niño ha pedido en determinado momento en realidad se llama distraerlo y no dejarlo que enfrente y afronte?
¿Qué hubiera pasado si no le dan el juguete provocador del berrinche pero tampoco lo distraen con otra cosa? ¿lloraría? ¿y qué más?...pasado unos minutos...o muchos minutos, al niño se le hubiera pasado, ya está. Esa sería la punta del iceberg, al niño se le pasa el berrinche sin que lo hayamos atendido, sin que lo hayamos distraido engolosinándolo con otra cosa, pero lo que no se ve es que el niño, al terminar por conformarse, habrá empezado a crear herramientas mentales para superar la frustración que le será tan útil en su futura vida de adulto.
¿Es tan difícil?, es más cuestión de tener las ideas claras y llamar a las cosas por su nombre, no confundir los términos y por supuesto, tener la paciencia necesaria para poder soportar la tensión que nos crea el llanto de nuestros niños.
Una aclaración. Como no estaba en consulta, yo no dije ni mú :-)

jueves, 4 de diciembre de 2014

COMO INFLUYE NUESTRO ESTADO DE ÁNIMO EN EL DE NUESTROS HIJOS

Hoy he estado con una madre que lo está pasando realmente mal. 
Tras haber superado una grave enfermedad de su tercer hijo (tiene 4), le ha quedado un miedo espantoso a que le ocurra algo a alguno de ellos, por lo que vive en un contínuo estado de alerta ante cualquier queja somática, por pequeña que sea. 
Al tener tantos niños, se pasa media vida en los médicos, cuando no es para uno es para otro, entre pruebas, análisis y citas.
Los niños están aprendiendo a que "sentirse algo" es malo y el nivel general de hipocondria en esa casa está ya demasiado alto.
Ella, muy consciente de que su hijo pequeño no se está desarrollando de la manera adecuada porque no le deja "ni que respire", no se vaya a caer, sabe que está siendo la responsable de que su familia está empezando  a ser disfuncional.
Aún así, entra en consulta advirtiendo que no quiere ir al psiquiatra, que no quiere pastillas porque tiene muchas obligaciones y no se puede quedar "atontada" con la medicación.
Tras explicarme todo el proceso de enfermedad por el que tuvo que pasar, he logrado que comprenda que su nivel de ansiedad es tan alto que, sin querer, está lastimando a sus hijos y que su negativa a tratarse no tiene base lógica ninguna.
Y es que, cuando los padres o madres estamos mal, los niños, generalmente, están mal. Los niños perciben (que es darse cuenta, pero de manera inconsciente) nuestros estados de ánimos, además de que imitan nuestras conductas. Si para los niños somos los espejos en que se miran y donde se refugian, en el momento que notan que nosotros también nos sentimos perdidos, a ellos se les abre un abismo bajo sus pies, porque conciben el mundo con esa inseguridad y ese miedo con el que nosotros lo estamos viviendo.
Por eso, en el momento que nos damos cuenta que no nos encontramos bien y que nuestro estado de ánimo y nuestro humor se nos va de las manos, debemos pedir ayuda. No es malo, vamos a dejarnos de prejuicios. Podemos no hacerlo por nosotros, pero debemos hacerlo por ellos.
Ya sea a través de una terapia psicológica o a través de los fármacos (yo no soy muy partidaria de ellos si se puede afrontar el trastorno desde el ámbito psicológico exclusivamente), debemos poner remedio a algo que puede estar influyendo indirectamente a nuestros hijos, como nos puede ocurrir en cualquier otro aspecto de nuestra vida.
Es tan solo cuestión de prioridades y de tener las ideas claras. Yo, al igual que a esta madre, os animo a ello y sé que no os arrepentireis.

martes, 2 de diciembre de 2014

ADOLESCENTES ENGAÑAD@S EN LA RED.

Hoy he tenido una llamada de teléfono de una madre angustiada porque su hija, con 12 años, llora contínuamente por cosas sin importancia e incluso hace unos días ha querido abandonar su teléfono móvil.
Está claro que algo le pasa a esta niña, y me atrevería a decir que está siendo acosada a través de alguna de las aplicaciones. Lo primero que le he dicho a la madre es que mire todo el contenido del teléfono. 
No sería la primera vez que esto ocurre, desgraciadamente es muy común, pero yo no me quedo sólo con acosos de compañeros/as de clase a través de las redes, sino que voy más allá, aplicaciones en las que se comparten fotografías y gente que no conocemos las siguen y las ven. 
Estos niños y niñas son engañados y manipulados e incluso acceden a posar de determinadas maneras y luego los chantajean con esas imágenes. No nos engañemos, es bastante común.
De estas situaciones podemos sacar varias conclusiones.
Una puede ser que los padres y madres debemos ser conscientes de que al darle a nuestro hijo de 12 años un teléfono móvil con internet y permitirles que tengan determinadas aplicaciones, es ponerles en sus manos una bomba de relojería, porque nuestros hijos a esas edades no son lo suficientemente responsables ni tienen la astucia que se necesita para poder gestionar con habilidad determinadas situaciones que se les pueden presentar.
Por otro lado, una vez que les hemos puesto en sus manos un artilugio tan sofisticado, DEBEMOS revisar sus contenidos con frecuencia. Algunos padres no están de acuerdo con estas medidas porque para ellos prima la privacidad del niño, pero creo que esta forma de afrontar el hecho de que nuestros hijos tengan estos juguetes está por encima de ésta, ya que no es tanto ver lo que el niño pueda estar haciendo, sino lo que desconocidos puedan hacerles a ellos.
Por último, intentar hablar con nuestros hijos sobre las posibles formas de acoso que pueden ocurrir y que nos alerten con confianza sobre cualquier cosa que les parezca rara. 
Si nos ponemos bajo el prisma de una niña de 12 años, que ha subido determinados tipos de fotos, que ha cogido confianza con alguien que no conoce y ha empezado a ver "las orejas al lobo", es muy normal llegar a entender que esté muy sobrepasada por la situación y que abandonar el móvil sea la opción que le resulta más fácil, pero no por eso deja de sentirse muy mal  y a partir de ahí puede desarrollar determinadas patologías.

lunes, 1 de diciembre de 2014

CUANDO IR AL PARQUE SE CONVIERTE EN UNA OBLIGACIÓN.

Es muy común, que cuando los niños salen del colegio, sus padres o sus cuidadores los llevan un ratito al parque.
Ir al parque es una de las actividades más recomendadas en líneas generales para los niños. Tiene múltiples beneficios, entre ellos:
-Se desarrolla la motricidad gruesa. Los niños corren, suben escalones, trepan, se tiran por los toboganes, hacen equilibrio...
-Se desarrollan habilidades sociales y relaciones entre iguales. Los niños aprenden de manera natural (si los adultos no se meten mucho) a gestionar conflictos, a escuchar a sus compañeros de juego, a guardar turnos...
- La luz del sol y la claridad hacen que los niños tomen vitamina D, responsable de fijar el calcio de los alimentos en los huesos de nuestros hijos.
Por lo tanto, todo son ventajas.
El problema surge cuando se concibe el tiempo de parque como una obligación. En esta vida, siempre tenemos que tener prioridades y hay veces que ponemos esta actividad por encima de otras que son más importantes. 
Un ejemplo de esto que comento es cuando las madres se quejan de lo estresadas que están, de las cosas que tienen que hacer y el poco tiempo con el que cuentan.
Otro ejemplo, para mí muy importante, es lo tarde que llegan a casa, sobre todo cuando empiezan a hacerse los días más largos, con el consiguiente retraso en la hora de bañarse, cenar y, sobre todo, ir a la cama a dormir.
Y es que unos padres estresados tienen menos paciencia y no son capaces de darle el tiempo que necesitan sus pequeños para realizar las cosas que deben hacer por sí mismos. Como van con prisas, se lo hacen ellos mismos y así terminan antes. Por lo que los beneficios que han obtenido en el parque, se vuelven perjuicios en otros ámbitos.
Con todo esto quiero decir que ir al parque está muy muy bien, pero NO es una obligación, unos días podremos estar un rato y otros días nos será imposible ir y no pasa absolutamente nada. Suelo hablar con madres que tienen sentimientos de culpa porque no pueden llevar a su hijo determinado día y yo siempre les comento lo mismo. Los niños que van a una Escuela Infantil tienen cubiertos todos los beneficios que proporcionan los parques, por lo que si no pueden asistir con la frecuencia que a las madres les gustaría, no estais haciendo nada mal, hay cosas que tenemos que atender en nuestros hijos que son mucho más prioritarias.