lunes, 28 de marzo de 2016

LA CRISIS DE LOS 40

También llamada Crisis de la mediana edad, es un momento evolutivo que pasamos todas las personas, unas en mayor grado que otras, como cualquier crisis, en el que nos paramos a reflexionar sobre lo que hemos hecho con nuestra vida, lo que hemos conseguido, lo que no, lo que nos gustaría en estos momentos....
Se da tanto en hombres como en mujeres, pero es cierto que a estas últimas les puede coincidir con los primeros desarreglos hormonales y esto también les influye.
A partir de las respuestas que nos damos, nos puede sobrevenir sentimientos de frustración, depresivos y ansiedad.
Muchas personas reaccionan a esta crisis empezando a vestirse y a comportarse como si fueran adolescentes, saliendo en mayor medida con sus amigos, acudiendo a discotecas, intentando entablar nuevas relaciones de pareja (independientemente de su estado civil).
Hay veces que, la crisis es tan intensa que rompen con todo, pareja, hijos...ya que esos sentimientos de libertad y de "aprovechar la vida" es lo único que tienen como objetivo prioritario.
El grado en el que se puede sentir dependerá de muchos factores, desde la inseguridad, la vida rutinaria que nos lleva a un gran aburrimiento en nuestra vida cotidiana, el peso de la responsabilidad de mantener una casa, unos hijos, unas obligaciones...
Normalmente, las personas no acuden a terapia por este motivo, sino porque se sienten mal, están incómodas con su vida o tienen problemas de pareja.
Pero ¿qué podemos hacer?
-Tener claro que la edad se tiene en la cabeza, no en el cuerpo.
- Saber que estamos en un momento muy adecuado para emprender cualquier sueño que tengamos. Nunca es tarde, lo que no debemos arrepentirnos es de no haberlo intentado.
-No anteponer las opiniones de los demás a nuestros deseos de llevar a cabo cualquier objetivo que tengamos. Si quieres aprender ballet ahora porque antes no pudiste o no tuviste la oportunidad, hay que hacerlo!, por qué no?. Qué más dá lo que piensen los demás, eso no es importante.
-La felicidad no depende de la edad, sino de la gestión de tu vida.

miércoles, 16 de marzo de 2016

RESPONSABILIDAD A LA CARTA?

La semana pasada me preguntaba una madre,
-"mi hija tiene 12 años y cada vez me cuesta más que haga sus deberes, qué puedo hacer?"
- "¿Tiene obligaciones en casa?", le contesté suponiendo la respuesta
-" No, ninguna, le dejo todo el tiempo para que estudie",    (((lo sabía!!!)))
-"ya!, ¿y lo aprovecha?" ...
A partir de estas edades, los adolescentes, en líneas generales, están más centrados en temas sociales que en sus obligaciones, por lo que no es raro que las madres se desesperen porque se dan cuenta que sus hijos no rinden lo que deben.
A lo largo de la crianza, se nos olvida que a los niños debemos educarlos en la responsabilidad y una manera sencilla de hacerlo es a través de las tareas domésticas. Es cierto que nada tiene que ver el hacer la cama cada mañana, por ejemplo, con estudiar por la tarde lo que le corresponda, pero si nos paramos a reflexionar, un menor trabajado en que haga determinadas obligaciones en casa, interiorizará la norma y se esforzará, porque es su tarea, en cumplirla.
Los valores son como los gases, se expanden y ocupan todo el espacio del continente, así, si educo a mis hijos en la responsabilidad de determinadas acciones simples y concretas, se convertirá en una persona responsable en cualquier ámbito de su vida, pero no podemos pretender que una misma persona sea responsable para una cosa pero no para otra y no les hacemos ningún favor evitándoles tareas domésticas.
Es cuestión de sentido común, que a veces, no es el más común de los sentidos.
Pdt: ¿Recordáis a la niña de la sudadera verde agua del post "la importancia de las demostraciones de cariño?" 
http://blogeptalento.blogspot.com.es/2016/02/la-importancia-de-las-demostraciones-de.html
 la he vuelto a ver y nada, sigue sin despedirse con un beso... (alguien debería decirle que leyera este blog, jejeje) ;-P

lunes, 14 de marzo de 2016

EL SÍNDROME DEL NIDO VACÍO






El síndrome del nido vacío es un conjunto de sentimientos negativos, como tristeza, vacío. soledad, ansiedad... que experimentan los padres y madres (aunque es más frecuente en mujeres)  cuando sus hijos se marchan definitivamente de casa.
Se produce cuando estamos volcados en el rol de la paternidad y de pronto, dejamos de hacerlo, entonces tenemos un vacío y debemos readaptar nuestras vidas.
Está claro que unos padres nunca van a dejar de serlo por el simple hecho de que los hijos ya no vivan en casa, pero ellos tienen que aprender a soltar y a darse cuenta que los hijos ya tienen otra vida. Esto se complica cuando la personalidad del padre o de la madre es dependiente, ya que el hecho de dejar ir lo vivirán como un abandono.
Por otra parte, una de las consecuencias que nos encontramos cuando los hijos dejan  el hogar es que la pareja se vuelve a reencontrar y a veces es complicado el ajuste, ya que las personas crecemos día a día y a veces no en la misma dirección.
Pero ¿cómo podemos minimizar o superar esta crisis? :
- Lo primero es darnos cuenta durante toda la crianza que no podemos centrarnos sólo en el rol de padres, sino que además debemos "ser personas", así, cuando llegue el momento, tendremos otros frentes abiertos por los que vivir.
-Ocupar el tiempo en cosas que nos guste y que antes no nos daba tiempo porque el rol de padres nos gastaba todas nuestras horas.
-Volver a disfrutar de la pareja en su totalidad.
-Viajar.

martes, 8 de marzo de 2016

NO TE VAYAS A CAER!!!

Voy muchas veces al parque, muchísimas.
Por deformación profesional me doy cuenta de muchas formas de proceder, y lo hago sin querer, de verdad!
Me encuentro con madres y abuelas que no dejan que los niños se desarrollen de una manera adecuada. ¿Qué quiero decir con esto?, pues que como madre, siento lo que sienten las demás madres, pero no me dejo llevar por ello.
A todas nos da miedo que se crucen delante de un columpio y le den un porrazo, me da miedo que suba las escaleras del tobogán y se caiga, me da miedo que le dé el aire...pero por el bien de ellos, debemos de "soltar cuerda" y dejar a los niños.
Si hacemos por él lo que él debe hacer por sí mismo, los niños no desarrollan esa autonomía y es perjudicial para ellos. Porque no los vamos a dejar que desarrolle neurológicamente lo que le corresponde.
Habrá que plantearselo. Debemos dejar a los niños enfrentar sus situaciones, por mucho que nos duela, porque así estaremos funcionando verdaderamente como padres/madres ocupados en el bienestar de nuestros hijos.

martes, 1 de marzo de 2016

CUIDAR LO QUE HAGO HOY PARA QUE NO REPERCUTA MAÑANA

Hace poco una vecina me comentó:
"Sonia, te voy a hacer una pregunta, no me preocupa mucho, pero quiero saber qué piensas tú".
Y es que su hija de 13 años sólo quería estar en su habitación. La madre le pedía que se quedara con ella y con el padre en el salón para ver una película juntos o simplemente charlar, pero la niña prefería irse a su habitación.
Mi pregunta fue ¿le tienes en su habitación un televisor y el ordenador?....
¿Cuál creeis que fue su respuesta?
Pues claro, justamente fue esa.
Intentemos reflexionar. Si somos adolescentes, por el simple hecho de serlo, necesitaremos un espacio privado emocional mucho más amplio que cuando somos más pequeños, se produce una lejanía con los padres que es natural y adecuada que se produzca, pero si queremos seguir teniendo espacios en común y compartir momentos no podemos hacer de su habitación un hostal en el que no necesite nada del exterior, porque de esta manera, nuestros hijos se convertirán en unos desconocidos de los que no sabremos absolutamente nada. 
No lo dudéis, cuando se ha metido un televisor en la habitación de nuestros hijos ya no hay vuelta atrás y luego los niños crecen y a los padres y madres nos entra un poquito de angustia porque cada vez compartimos menos con nuestros hijos y vemos a la vecina psicóloga y le preguntamos...aunque en la conversación le quitemos importancia....el pellizquito lo tenemos.