lunes, 30 de noviembre de 2015

EL RUIDO INTERNO

Cuántas personas me encuentro a lo largo de los días que no soportan estar en casa sin hacer nada en concreto y que no pueden "escuchar" el silencio.
Lo más gracioso es que si les pregunto ¿por qué?, nadie sabe darme una contestación sólida.
Pero yo tengo mi propia teoría, no les gusta el silencio y la soledad simplemente porque así tendrían la oportunidad de escuchar su propio ruido interno... sus pensamientos, sus miedos, sus preocupaciones... y esto les provoca sufrimiento.
Y es que enfrentarse a nuestras propias historias, a veces, es algo que se hace muy cuesta arriba e intentamos evitarlo por todos los medios.
Pero como siempre, es mejor mirar de frente a nuestros temores para poder vencerlos y que desaparezcan, por eso debemos aceptar esos momentos de silencio, porque es nuestro gran aliado y el camino para poder conocerse a sí mismo.
Igual que te gusta reunirte con un amigo, debes reunirte de vez en cuando con tus ruidos internos y mantener pequeñas conversaciones con ellos, para poder domarlos y no se convierta en un jaleo cada vez más fuerte. 
Te animo a hacerlo, te vas a alegrar, seguro!!

miércoles, 25 de noviembre de 2015

IMÁGEN MENTAL: UNA PIEDRA.

Hoy he visto por tercera vez a una madre de cuatro hijos.
La primera vez que vino, su demanda era que su segundo hijo no dormía bien. Tras mantener una conversación y ver las circunstancias que la rodeaban a ella y a su familia, le hice ver la conveniencia de trabajar otros aspectos, ya que el niño no dormiría bien hasta que no cambiara determinadas situaciones.
La segunda vez que vino, aunque aún no había conseguido nada, había interiorizado la idea general en la que debía trabajar.
Hoy, por tercera vez, vino y me explicó sus avances y sus próximas conquistas, muy entusiasmada y contenta, con con un motor dentro de ella que transmitía ese entusiasmo y así lo recibí...y así se lo hice saber.
Mi explicación para que ella me entendiera fue: " Fulanita, me siento muy contenta de tus avances, la imagen mental que puedo describirte que eras en la cita 1 fue unaPIEDRA, algo inerte que está ahí puesto, donde la han puesto, sin frío ni calor, ni viva ni muerta, en cambio ahora, te veo como a una PERSONA, con unas ilusiones, con unas metas, con unos objetivos y con la energía suficiente como para conseguirlo".
No os tengo que explicar la sonrisa enganchada de oreja a oreja con la que se fue esta mujer de la sesión.
¿Y tú, qué eres, piedra o persona?

Por casos como este, merece la pena ser psicóloga.

lunes, 23 de noviembre de 2015

LOS NIÑOS QUE SE QUIEREN SUICIDAR.

Desgraciadamente, en los últimos tiempos, los casos de suicidios en niños han aumentado ( se ha convertido en la segunda causa de muerte infantil tras los accidentes de tráfico) y suelen estar relacionados con el bullying y con el ciberacoso, que pueden llegar a provocar depresiones o sentimientos de desesperanza, de que no hay salida y a partir de ahí encuentran en el suicidio una posible solución.
Las señales que nos pueden alertar son:
-cambios de conducta y de carácter repentino.
-comentarios negativos sobre sí mismo.
- tristeza.
-descenso del rendimiento escolar.
- pérdida de interés en actividades que antes se disfrutaban.
- dormir poco o demasiado.
-comer menos...
Una vez que nos damos cuenta que algo está ocurriendo,:
-podemos preguntarle a los niños, que, como es natural, no nos lo contarán, por lo que recurriremos tanto a los profesores como a los amigos de nuestros hijos. Es importante estar siempre en contacto con los niños con los que se relacionan porque nos pueden dar pistas de sus problemas.
-Nunca debemos tomar a la ligera un comentario suicida ni de niños ni de adultos.
-cuidar su autoestima
-Darles la capacidad para resolver problemas y estrategias de afrontamiento.
-Darles apoyo familiar y del grupo de iguales.
-Pero sobre todo, NO DAR A LOS NIÑOS LA LIBERTAD ABSOLUTA CON LOS TELÉFONOS MÓVILES.
Un dato curioso es que la violencia y el suicidio tienen un efecto contagioso, por lo que la OMS dió una serie de recomendaciones a los medios de comunicación como no publicar fotos o notas suicidas, no informar detalles del método practicado y en general dar las menos pistas posibles para que no se tome como una alternativa.

lunes, 16 de noviembre de 2015

LA EDUCACIÓN CONTRA EL MACHISMO.

Muchas veces me preguntan qué podríamos hacer para que dejen de producirse los asesinatos de mujeres a manos de sus parejas y yo siempre contesto lo mismo, hay muchos factores que influyen en esta cuestión.
Por un lado nos encontramos con la prevención.
La educación es importante desde edades tempranas, me hace mucha gracia cuando escucho que a los niños hay que darles juguetes de todo tipo y yo no lo entiendo, a los niños hay que darles los juguetes que les gustan, si es un niño y le gusta una pelota, eso le doy y si le gusta una muñeca, ese será el regalo, pero si me pide una pelota y le doy una muñeca, qué sentido tiene?
Por otro lado, por qué nos quedamos siempre en los juguetes?, los niños crecen y nosotros debemos seguir trabajando sus valores, por ejemplo, qué adolescentes conoceis a los que sus madres les enseñe a planchar?, pues bajo mi punto de vista es una continuación de educar en igualdad.
Algo con lo que tenemos contar es que la educación entra por los ojos, no por los oídos, por lo que será bueno que analicemos como funcionamos en casa, cómo nos repartimos las tareas o cómo resolvemos conflictos.
Si nos fijamos básicamente en la situación, el fondo es una falta de respeto y aceptación del otro, por lo que educar en estos valores será fundamental.
Por último, las mujeres podemos hacer algo también para evitar el machismo y es no aceptar la "cosificación" en la que algunas veces nos quieren meter. Programas de televisión en los que las mujeres no valen nada más que por su físico, sorteos en discotecas para quitarse las camisetas, que ellas paguen y los hombres no... estas actitudes lo único que nos lleva es a que seamos reclamos y dejemos de ser personas con los mismos derechos y deberes.

lunes, 9 de noviembre de 2015

MI HIJO SUFRE ACOSO ESCOLAR?

El acoso escolar, llamado también BUYING, es una agresión psíquica o física permanente y duradera en el tiempo.
Normalmente, el menor va cambiando poco a poco su comportamiento, por lo que debemos, los padres, estar pendientes de estos síntomas, ya que los niños, en líneas generales, no lo denuncian porque les crea gran verguenza estar en esa situación. 
- No quieren ir al colegio.
- Comienzan a somatizar con dolores de cabeza, de barriga, mareos...
- Baja el rendimiento escolar.
- En adolescentes, se suelen confundir las características típicas de esta edad evolutiva como contestaciones, malos modos, desidia... con los comportamientos de un niño que está siendo acosado.
Hoy en día, todo esto se agrava porque lo que antes se remitía al contexto escolar, ahora, por las nuevas tecnologías, se lleva contínuamente encima.
Un dato curioso es que existe una diferencia de formas en las que se acosa dependiendo del sexo del acosador, siendo los niños más de forma física y las niñas de forma psicológica y verbal.
El acoso provoca en el menor angustia, ansiedad, depresión y llegan en algunas ocasiones a tal desesperanza y soledad que recurren al suicidio, por lo que todos los que rodeamos a niños debemos estar muy atentos a estas situaciones y no mirar para otro lado.
Por las circunstancias que sean, el acoso escolar ha aumentado pero por mucho que se están intentando poner medios para que no ocurra, no se está consiguiendo y es que, bajo mi humilde opinión, no se está haciendo bien, ya que una de las posibles soluciones es cambiar al acosado del colegio, por lo que su victimización no se resuelve y esto queda grabado en la autoestima del niño.
Son los que acosan los que deben entrar en procesos de reeducación, son los que callan y permiten los que deben aprender a denunciar aunque sea de manera anónima y son las víctimas las que se deben sentir apoyadas y enseñarles a tener recursos para superar el trauma que todo este conflicto les origina.

jueves, 5 de noviembre de 2015

ESTAMOS PERDIENDO EL NORTE?

Esta mañana hablaba con una madre de dos hijos amiga mía.
Me comentaba que su hija mayor, 11 años, no tenía aún móvil, por lo que ella se sentía muy orgullosa de ir en contra de la corriente sabiendo que era ella la que estaba acertada pero era consciente de que no pasaría mucho tiempo para que tuviera que comprarle uno, aunque, en palabras textuales "tiempo pasado es tiempo ganado".
Su principal queja era que, por mucho que ella pudiera estar pendiente de qué aplicaciones usaba su hija, el grado de control se perdía porque no se podía abarcar todo. Su máxima preocupación era una aplicación en la que sólo se suben fotos y comenzó a enseñarme fotos de amigas de su hija, con esa misma edad, en la que las posturas, los modelitos y los morros que ponían no podían pasar indiferentes a nadie. 
Y como decía ella, esto en sí no tiene problema ninguno, pero resulta que las niñas compiten por tener cada vez más seguidores y aceptan la solicitud de cualquiera con tal de tener uno más, sin saber quien es a quien están dejando ver sus fotos, sumándole a esto que normalmente tienen activada la función de localización y la privacidad no es algo que les preocupe...a todo esto yo sólo pregunté "¿Y dónde están los padres de esa niña?", si no están al tanto de cómo su hija hace uso de las redes sociales no están ejerciendo bien su rol de cuidadores, pero si lo están y lo permiten tampoco lo están ejerciendo bien, porque me parece perfecto que cada uno eduque a sus hijos en los valores que para cada uno sean importantes, pero nunca, nunca jamás podemos saber cómo es el otro que está presenciando esas imágenes y qué intenciones tiene.
Como digo siempre, estamos perdiendo el norte, tenemos que firmar autorizaciones para que les puedan hacer en el colegio fotos a nuestros menores (y muchos se niegan) y al minuto siguiente permitimos, consentimos, o simplemente no atendemos que  cuelguen fotos y vayan navegando por la red con poses impropias de la edad.

domingo, 1 de noviembre de 2015

VAMOS A HABLARLES DE LA MUERTE.

El tema de la muerte es un tabú tanto para los niños como para algunos adultos. Muchas veces acuden madres a consulta porque ha muerto el abuelito y no saben cómo decírselo a los niños con los que mantenía una relación muy estrecha.
El concepto de muerte va variando a lo largo de la evolución del niño y la principal característica es la estabilidad de la situación, es decir, un niño en edad pre-escolar puede creer que es una situación reversible, así que su abuelito puede volver en cualquier momento, mientras que un niño en edad escolar ya la concibe como algo permanente, eso sí, personificándola en forma de fantasma, esqueleto...
Sea como sea, una explicación a la temida pregunta de nuestros hijos, "mámá, tú cuándo te vas a morir?" puede ser "las personas se mueren cuando se les acaba la vida", es así de simple.
No podemos decirle, "cuando sea viejecita" "cuando tenga el pelo blanco"...cualquier contestación que le demos no será real...y a los niños no se les puede mentir. Imaginaros por un momento que nos sucede algo, los niños vivirían la separación con dolor pero además, se sentirían enfadados y defraudados por el engaño.
La vida está llena de momentos en los que los niños pueden sentir que no han sido sinceros con él. Un compañero de clase al que le ocurre algo, una noticia en la televisión sobre la muerte de alguien que ni es viejecito ni tiene el pelo blanco...podemos poner muchísimas situaciones en la que la explicación cae por su propio peso.
Lo que debemos tener claro los adultos es que si nosotros tenemos un problema con la muerte, queriendo o sin querer, vamos a transmitirselo a nuestros hijos. Ellos perciben nuestro inconsciente y se dan cuenta los temas que podemos afrontar y los que no, lo que no entienden es por qué no y en esa laguna de información, empiezan los temores.
La muerte es parte de la vida. Es una realidad con la que convivimos diariamente y saberla afrontar es fundamental, no ya tanto para nosotros, sino como para nuestros hijos por lo que podemos apoyarnos en las creencias que cada uno tenemos.
Personalmente, creo que sería una muy buena idea que este tema se incorporara en el currículo escolar de alguna manera y estoy segura que se evitarían dificultades de afrontamiento cuando estos niños fueran adultos y así dejaríamos de encontrarnos duelos patológicos en una gran proporción.