miércoles, 8 de julio de 2015

AHORA QUE TENEMOS TIEMPO

Como psicóloga tanto de infantil como de adultos, la frase que más veces me encuentro para excusarse de no haber hecho algo es "no tengo tiempo".
Y es cierto que vivimos a un ritmo trepidante, por lo que no saboreamos la vida, sino que simplemente existimos y respiramos. 
Perdemos tiempos maravillosos en cosas innecesarias y dejamos de hacer actividades importantes "porque no tenemos tiempo".
Ahora que tenemos tiempo, sería aconsejable que nos plantearamos afrontar esas cosas que dejamos sin hacer. No importa que tengamos una semana de vacaciones, quince días o un mes, da lo mismo. La cosa es que cuando terminen nuestras vacaciones tengamos la sensación de haber aprovechado el tiempo.
Hay tiempo para todo si uno se organiza, podemos leer un libro, tomar el sol, realizar nuestro hobby, hacer deporte, pasear, pero también, por ejemplo, almorzar con nuestros hijos en familia, charlar con ellos, enseñarlos a usar correctamente los cubiertos, acompañarlos en la tarea de aprender a hacer sus camas, a recoger el cuarto de baño...en definitiva, a que sean autónomos.
Un niño que almuerza o cena en familia es un niño que no se levanta de la mesa, porque la velada se ameniza con charlas interesantes, con risas, con anécdotas, con un momento en el que estamos plenamente para ellos y se sienten escuchados y valorados, todo esto, intercalando recomendaciones de cómo debe comportarse en la mesa.
Un niño que aprende a hacer su cama acompañado de un adulto que lo dirige y lo ayuda sin prisas, es un niño que durante el curso puede integrar esa tarea sin dificultad durante el curso escolar y esto vale para todos los quehaceres domésticos.
Ahora que tenemos tiempo, podemos invertirlo en educar sin prisas, sin agobios, sin enfados y sin castigos, porque una vez más lo repito y nunca me cansaré de repetirlo, tenemos vacaciones de nuestros trabajos, pero de padres nunca cogeremos vacaciones.

No hay comentarios:

Publicar un comentario