martes, 25 de noviembre de 2014

MADRES DE DISEÑO

El otro día, hablando con una conocida, madre de tres hijos muy pequeños, con trabajo fuera y dentro de su casa, me preguntaba por qué su hija con 5 años (la mayor), le decía "mamá tú eres mala". La pobre madre me lo contaba angustiada, con el llanto ahogado en la garganta, "yo no sé por qué me lo dice, yo intento sacar tiempo una vez a la semana para llevarmela de paseo a ella sola y así aprovechar para que exprese sus sentimientos, ya que no me gusta que no los exprese, en eso sale a su padre..."
"...¿y me preguntas por qué te dice mala?..." "Realmente, no creo que sea el adjetivo que más te defina, al contrario, ¿cuánto trabajo y estrés, antes y después del paseo, te cuesta sacar ese rato?,¿realmente te compensa?, ¿aceptas a tu hija como es o la intentas moldear a como te gustaría que fuera?..."
Por supuesto que tenemos trabajar intencionalmente los valores que queremos inculcar a nuestros hijos, pero no debemos confundir valores con personalidad. Después de que esta madre saca tiempo de donde no lo tiene para atender individualmente a su hija, con el coste emocional que ello le conlleva, usa su tiempo para intentar moldearla a como a ella le gustaría que fuera, y esa no aceptación, los niños la captan y se revelan.
La vida es mucho más fácil, o no, pero las energías debemos gastarlas en los caminos adecuados. Si tenemos tiempo, es muy aconsejable ese ratito individual, sobre todo cuando los tres hijos son tan pequeños, pero por dios, no es una prioridad. No nos merece la pena vivir estresados porque tenemos que hacer mil cosas para sacar un rato para esta individualidad, la naturalidad es la pieza clave que le está fallando a esta madre. Naturalidad para aceptar que si tengo tiempo, me voy contigo un ratito de paseo y si no lo tengo, pues no pasa nada (pensad que en un par de años tendrá que sacar tres ratitos individuales...no tendrá vida material para atender tantas demandas...), una sonrisa, un beso, un escuchar lo que le cuenta, mientras la madre está realizando cosas, a estas edades es suficiente.
 Por otro lado, aceptar la personalidad de nuestros hijos, que sean callados o habladores, tranquilos o inquietos, que expresen sus sentimientos o no, los tenemos que aceptar incondicionalmente y que ellos lo perciban, independientemente de trabajar sus conductas, pero sólo eso, las conductas. ¿Quién me dice a mí que esa niña no expresa más sus sentimientos porque su madre los castra porque no son los que la madre espera o necesita?", no lo sé, pero puede ser una hipótesis, a parte de que haya salido a su padre.
Y por qué el título, porque todo lo que es de diseño, puede ser precioso, buenísimo, pero no es natural.

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