jueves, 18 de junio de 2015

CONTAGIAR ALEGRÍA

Si buscamos en el diccionario la palabra Alegría, nos la define como "un sentimiento grato y vivo que suele manifestarse con signos exteriores". 
Del latín, alicer o alecris, que significa vivo y animado, es uno de las emociones básicas del ser humano, pero esto no significa que todas las personas sean capaces de mostrarla. 
Independientemente de las circunstancias en las que vivimos cada uno, la capacidad de mostrar alegría varía según las personas. Conozco personas que se están enfrentado a situaciones dificiles pero que hablas con ellas y en ningún momento muestran un ápice de tristeza, esto no significa que no puedan sentirla, ni que estén preocupadas, lo único que ocurre es que en sus relaciones sociales, son capaces de transmitir esperanza, alegría y sentimientos positvos. 
Por otro lado, también conozco personas que, teniendo una vida llena de circunstancias por las que deberían de disfrutar, viven sin alegría, y lo que es peor, se relacionan a través de la queja y el desánimo.
Si nos paramos a pensar, ¿Con quién nos gustaría pasar un rato?. La alegría se contagia, al igual que la tristeza, son emociones que pueden causar una epidemia en las personas que nos rodean. 
Debemos ir siempre con una sonrisa en los ojos, sí, en los ojos, las sonrisas verdaderas nacidas de la alegría interior, salen por los ojos mucho más que por la boca, yo puedo subir las comisuras, pero si mis ojos están tristes nunca contagiarán alegría.
Tenemos una gran responsabilidad, nuestras parejas, nuestros hijos, nuestras familias y amigos, pueden sentir esta emoción gracias a nosotros. Siempre queremos que nuestros hijos sean felices, pero no lo conseguiremos, por mucho que hagamos, si no la irradiamos nosotros.

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