lunes, 12 de octubre de 2015

MIS HIJOS VALEN POR LO QUE SON, NO POR LO QUE TIENEN.

Cuántas y cuántas veces me encuentro con madres que les compran cosas a sus hijos porque su entorno lo tiene.
Un ejemplo, el teléfono móvil, aunque se podrían poner miles de situaciones. Si un niño después de hacer la comunión no tiene teléfono móvil, los padres se sienten culpables, piensan que su hijo va a estar marginado, creen que no los están ayudando a integrarse en la sociedad. 
Los niños son antojadizos, quieren lo que ven, independientemente de que sea perjudicial o beneficioso para ellos, porque no tienen la capacidad de darse cuenta de los posibles inconvenientes. Somos los padres los que debemos ser el filtro de sus caprichos. 
Si los padres entramos en este juego, únicamente haremos que nuestros hijos se midan por lo que tienen y no por lo que son. Esto lo haremos tanto con ellos mismos como con sus compañeros.
Después querremos que tengan la autoestima alta, pero ésta se alimentará sobre todo de cosas materiales, y ¿qué harán estas criaturas cuando sean mayores y la vida no los trate de la misma manera? ¿cómo se sentirán cuando no puedan comprarse un coche, una casa, un viaje...como alguno de sus conocidos?.
A veces, pensamos que dándoles a nuestros hijos TODO lo que tienen sus iguales les estamos demostrando que los queremos más, que los cuidamos más, y nada más lejos de la realidad. 
La labor más importante que tenemos con nuestros hijos es hacerlos CRÍTICOS con determinadas situaciones, ayudarlos a ver a las personas por dentro, no por fuera, valorar la amistad, no la materialidad y sólo así, podremos ayudarlos a que, cuando sean mayores, puedan llegar a ser felices independientemente de su capacidad económica. 
Tomaros un minuto de reflexión, vereis como estais de acuerdo conmigo, sólo hay que ser valientes para no caer en la educación basada en el borreguismo y coherentes con nosotros mismos.

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