lunes, 5 de octubre de 2015

EL DIAGNÓSTICO DE CÁNCER INFANTIL.

Enfrentarse a un diagnóstico de cáncer es terrible, pero cuando esta enfermedad la tiene un niño, creo que ya no puede ser más difícil ni estresante.
Supongo que el mundo se te viene encima, la vida que va fluyendo poco a poco se frena de pronto y no existe nada en el mundo que te distraiga del único tema que te ocupa.
El cáncer es una de las enfermedades más importantes de nuestra época, tanto por la incidencia como por sus consecuencias.
Cuando la palabra cáncer merodea una familia existen varios momentos críticos:
-La espera del diagnóstico.
-El diagnóstico.
-El tratamiento.
- La resolución, que puede ser positiva o negativa.
En todos ellos, la ansiedad, la inseguridad y la sensación de que no se puede controlar nada, son los sentimiento que predominan.
El trabajo del psicólogo en todas estas etapas debe dirigirse:
- A manejar los sentimientos negativos.
- A mejorar el ajuste mental de la persona que sufre la enfermedad para incrementar su espíritu de lucha.
Sea como sea, sabemos que los niños tienen un gran poder de adaptación (resiliencia, que se dice en psicología). 
Los adultos que estamos a su alrededor debemos mostrar nuestro lado más positivo, ellos se miran en nuestras caras y si nos ven asustados, se asustarán, si nos ven tranquilos ( aunque sólo sea, por supuesto, haciendo el teatro), ellos estarán tranquilos.
Debe ser difícil, muy difícil, pero por suerte, las intervenciones en este tipo de patologías cada vez tienen más éxito, por lo que vamos a tener esperanza, que es la base de todo.

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