lunes, 22 de septiembre de 2014

LA AUTOESTIMA ( I )


Considero que este tema es tan importante que he divido en dos partes la información que os quiero transmitir porque sabéis que no me gustan los posts largos, suelen aburrir y nadie tenemos tanto tiempo para enterarnos de verdad de lo que ponen. Así, hoy os pongo la primera parte y otro día la segunda. Allá vamos: 
La autoestima es el concepto que tenemos sobre nosotros mismos y puede ser positiva o negativa, dependiendo de la opinión que los demás tengan de nosotros y de la que tenemos nosotros a partir de haber conseguido logros o no.
Todos los padres estamos muy concienciados en alimentar la autoestima de nuestros hijos, pero es verdad que a veces, sin darnos cuenta, actuamos de forma contraria a este objetivo.
Yo os propongo trece consejos fáciles para aplicar con vuestros niños y que os pueden ayudar a mejorarla:
1.-No ridicudizarlos. Nuestros retoños pueden caerse, equivocarse, hacer algo mal, pero en ningún momento debemos llamarle la atención en público, ni delante de adultos ni delante de sus amiguitos.
2.- Recibir alabanzas. A todo el mundo nos gusta que nos digan que hacemos las cosas bien y no debemos dejar de hacerselo saber, aunque sea su obligación. Si se lo comunicamos, aumentaremos las probabilidades de que repita acciones en ese sentido.
3.-Tener gran optimismo. Debemos transmitir la visión del "vaso medio lleno", esto es, que cada vez hace mejor las cosas, que poco a poco lo está consiguiendo, que va evolucionando. Ellos no son tontos y se dan cuenta de sus errores, por lo que no los podemos obviar, pero sí minimizar.
4.-Asombrarse por sus hazañas. Nuestros niños se mueven en el mundo de lo cotidiano, por lo que no podemos pretender que hagan prodigios para llegar a asombrarnos. Es tan fácil como que un niño de 5 años se peine solo y le digamos ¡qué maravilla, estás muy bien peinado!. Os aseguro que a nuestro hijo se le pondrá una sonrisa de oreja a oreja, se llenará de satisfacción y su autoestima crecerá ( y mañana lo hará de nuevo, seguro!).
6.- No corregir su fantasía, pero tampoco pasarse. Todos los niños tienen fantasía y nos podemos montar en ella y seguirlos, pero hay que tener un límite, no se puede vivir en un mundo paralelo. Tener los pies en la tierra es fundamental para poder crecer emocionalmente.
7.- Pasar algún tiempo con los niños. Siempre lo digo, más vale calidad, que cantidad. No me valen las madres  o los padres que tienen presencia física pero no los atienden nada más que para reñirles, bañarlos o darles la cena.
8.- Evaluar a nuestro hijo de forma real. Vamos a ver papis y mamis, para cada uno de nosotros nuestros hijos son los mejores y más guapos del mundo, pero ésta es una percepción subjetiva, seguro que conocemos a otro niños que es más bondadoso o más noble, o más expresivo... lo tenemos que tener claro, porque esa idolatría que algunas madres sienten, la transmiten y se crea en el niño una egolatría que choca con el mundo.
9.- No compararlo NUNCA con NADIE. Nuestro hijo es único, no hay otro como él, nada que no sea exactamente igual es comparable, pero ni en lo positivo ni en lo negativo. Y menos aún con un hermano.
10.-Reforzar los esfuerzos. A priori, poco nos deben interesar los resultados. Es mucho más importante atender los esfuerzos que tienen nuestros niños. El resultado positivo es cuestión de tiempo, pero si nos falta el esfuerzo y la satisfacción de haberlo intentado, éste nunca llegará.
11.-Metas alcanzables. Las metas siempre deber ser reales, porque en caso contrario, solo llegaremos a la frustración y a una autoestima por los suelos.
12.-Prestar atención a lo que nos dicen. La mayoría de las veces nos pueden decir cosas sin importancia, pero aún así, debemos prestar más atención que si estuvieramos en una conferencia. Cuántas veces nos hablan y no les echamos cuenta?, cómo creeis que se pueden sentir? cómo os sentiríais vosotros en ese lugar?. Deben sentirse escuchados, es fundamental para su autoestima.
13.-No dar soluciones inmediatamente. Muchas veces los niños nos dicen las cosas sólo para "vomitarlas", una vez dichas, ya no les dan importancia. Nuestro deber es escuchar y si acaso, preguntar "¿y cómo crees que podemos solucionarlo?", seguro que ellos tienen una respuesta, vamos a enseñarlos a pensar, es lo más importante y lo más útil que les podemos dejar como herencia.
...Mañana, más! :-)

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